


















Desde el aire y altura de uno de los puntos más altos de nuestro término, en la cima de la legendaria Cueva del Águila, se aprecia con una enorme belleza la majestuosidad de nuestro término, la insignificancia ante él del núcleo urbano, la cárcel, los polígonos y hasta la albufera, con un cielo precioso, de nubes densas disipándose en una tarde de tregua meteorológica, tras una mañana de lluvias, una auténtica delicia.